Érase una vez...HÉRCULES Y EL BOYERO
HÉRCULES Y EL BOYERO
Conducía un boyero una carreta hacia una aldea, y la carreta se despeñó a un barranco profundo.
El boyero, en lugar
de ayudar a los bueyes a salir de aquel trance, se quedó allí cruzado
de brazos, invocando entre todos los dioses a Hércules, que era el de su
mayor devoción. Llegó entonces Hércules y le dijo:
-¡Toma una rueda, hostiga a los bueyes y no invoques a los dioses si no hay esfuerzo de tu parte!
- Si no lo haces así, nos invocarás en vano.
Moraleja: La oración debe acompañarse siempre previamente de la acción.
Autor del cuento: Fábula de Esopo