clase de religión

miércoles, 23 de diciembre de 2015

sábado, 5 de diciembre de 2015

EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA. UN PAPA COMPROMETIDO CON EL CAMBIO CLIMÁTICO.

El Jubileo de la Misericordia, comenzará este martes 8 de diciembre con la apertura de la Puerta Santa de San Pedro. 
Para celebrarlo, ese mismo día se proyectarán por la noche fotografías de todo el mundo sobre la fachada de la Basílica. Imágenes de la Tierra firmadas por los fotógrafos más importantes, Imágenes de la humanidad y del cambio climático.Un espectáculo inédito con el que este papa desea lanzar una llamada al mundo para que se comprometa en la lucha contra el calentamiento global. Eso será por la tarde. 
Pues para empezar el día, a las 9.30, se romperá el muro simbólico que tapiará la puerta santa, para que la cruce una procesión de cardenales, obispos y religiosos que encabeza Francisco.
Días después, el 13 de diciembre, por primera vez en la historia de los Jubileos, se abrirán las Puertas Santas en todas las catedrales del mundo.

El jubileo terminará el 20 de noviembre del 2016, justo cuando se cumplan 50 años de la finalización del Concilio Vaticano II.


¿Qué es un Jubileo? ¿Para qué sirve? ¿Y por qué este es extraordinario?

Los jubileos también se llaman año santo, y para los católicos significa poder obtener el perdón de todos sus pecados a través de una misa en la que se concede la indulgencia plenaria.

El jubileo (romano) se celebra cada 25 años. El último ordinario fue en el 2000 y el próximo será en el 2025. Sin embargo, el papa puede decidir celebrar algunos extraordinarios explicando los motivos en una bula papal, como ahora ha hecho Francisco. Son los años santos de la redención, y conmemoran especialmente el sacrificio redentor de Jesús, por eso suelen terminar en años que incluyan los 33 del Mesías; el último, por ejemplo, fue en 1983 y lo decretó Juan Pablo II.


¿Por qué de la misericordia? ¿Es raro?


Es tan raro como que jamás ha habido un jubileo «temático». El nombre lo decidió Francisco en su bula papal y se basa en que «la vida de la Iglesia está sostenida por la misericordia». El pontífice explicó que en este momento de grandes cambios, «la Iglesia está llamada a ofrecer de manera aún más fuerte, las señales de la presencia y de la cercanía de Dios».

Francisco no deja de repetir que la Iglesia tiene que volver a encontrar su norte, su papel en la sociedad, que no es otro que ayudar a los demás. Y hasta incluyó en este capítulo al judaísmo y al islam, que tienen en la solidaridad una característica básica.