NUNCA JUZGUES SIN SABER Y CADENA DE FAVORES


 NUNCA JUZGUES SIN SABER. 

LAS COSAS A VECES NO SON LO QUE PARECEN.


En el año 2010 el fundador de Lifevest Inside creó este vídeo que se ha hecho viral con más de 100 millones de visitas en todo el mundo. En él se muestra cómo una acción amable conduce irremediablemente a otra. Y así de forma infinita, tejiendo una cadena de favores que se entrelazan unos con otros.

Este vídeo ha servido de inspiración a muchas personas y esperamos que así sea para nuestro alumnado. 

Este corto nos enseña que las personas podemos realizar en nuestro día a día pequeñas acciones que MEJORAN la vida de los demás.

También nos hace ver que cuando realizas BUENAS ACCIONES haces FELIZ a quién te rodea. Además esta ACCIÓN AMABLE se contagia creando una cadena de actos SOLIDARIOS que hacen de este mundo un lugar mejor.


jueves, 27 de enero de 2022

lunes, 17 de enero de 2022

martes, 11 de enero de 2022

domingo, 9 de enero de 2022

COMPARTIR TE ALEGRA EL CORAZÓN


 

Compartir puede parecer a simple vista un acto cualquiera, uno vacío o hasta «obvio». Pero esta muestra de amor y caridad, puede cambiarnos la vida sin que nos demos cuenta.

Puede ayudarnos a entender que un gesto pequeño genera un gran impacto no solo en nuestra vida, sino en la de los demás.

El corto animado que comparto  se llama «Inseparable», y narra la historia de dos niños que se hicieron amigos gracias a este gesto, el de compartir.

¿Qué estoy dispuesto a darle a los demás?, ¿comparto en el transcurso del día aunque sea una sonrisa con los que tengo cerca?

¿Me considero una persona amplia, sencilla y servicial?, ¿cuándo fue la última vez que compartí algo con agrado y sin esperar nada a cambio?

Cuando pensamos en la palabra «compartir», muchas veces nos viene a la mente algo material, ¡qué está genial! Poder sorprender a otra persona con cosas tangibles nos brinda una sensación hermosa en el corazón.

Pero qué tal si nos esforzamos más en compartir noticias buenas, abrazos, besos, tiempo. Un «te amo» o un «te echo de menos».

Cuando nos veamos a nosotros mismos y no sepamos qué compartir, pensamos en todas las cosas sencillas que podemos ofrecer.

En las sonrisas, los halagos, en un buen agradecimiento, en pronunciar la palabra «perdón».

Para mí el trozo más pequeño y para ti el más grande

Cuando hay que compartir algún pastel, chocolate o dulce, siempre le digo a mi hijo: «Si eres tú el que parte, dale al otro el trozo más grande».

La primera vez me abrió los ojos como platos y me dijo ¡pero mamá, yo quiero el más grande, por qué se lo tendría que dar al otro! Y le dije, porque lo que sientes en el corazón cuando lo haces no tiene precio y además, ¡se lo puedes ofrecer a Dios!

https://catholic-link.com/compartir-corazon-alma-corto-animado/