domingo, 17 de enero de 2021

ACTIVIDAD 86: SANTO DOS CROQUES

 



Como ya es habitual, la llegada a la Plaza Obradoiro y entrar a la Catedral de Santiago representan triunfo, redención, esperanza y varias tradiciones casi “obligadas”. Esta popularización incluía darse cabezazos en la estatua del maestro Mateo y meter los dedos en el pilar de mármol que simboliza el árbol genealógico de Jesús.

Aunque estas costumbres ya forman parte del pasado, el Pórtico de la Gloria sigue siendo un lugar de referencia para peregrinos y viajeros por igual. A sus pies y a la sombra del imponente parteluz, yace de espaldas la escultura del que algunos llaman San Mateo, pero quien en realidad nunca fue canonizado y es el arquitecto de la obra.

El ritual de introducir las yemas en uno de los pilares se remonta a la época medieval y está relacionado con los primero romeros. A su llegada, después de tantas penurias, colocaban la mano en el pilar para apoyarse mientras contemplaban maravillados al Apóstol. Esta acción fue dejando una clara impronta sobre la pieza, por lo que ya no está permitida.

En cuanto al Santo dos Croques, se trata de una tradición fomentada por los estudiantes de la Universidad de Santiago. Hace más de 4 siglos, comenzaron a darse cabezazos, conocidos en Galicia como croques (1 a 3) con la cabeza del maestro Mateo durante la época de exámenes para que les pasara su inteligencia y memoria. Mientras más fuerte el golpe, mayor sería el efecto.

En vista de que algunos turistas, peregrinos y visitantes estaban dándose de cabezazos contra los pilares y el hecho de que la frente del arquitecto arrodillado seguía llenándose de grasa, tuvo que vetarse esta práctica. Todo con el fin de resguardar la integridad de las piezas y parar su deterioro.