domingo, 12 de marzo de 2017
Cuento de San Patricio.
Cuenta la leyenda que San Patricio, patrón de los irlandeses tras fundar su primera iglesia invitó a todos los no creyentes a unirse al cristianismo. San Patricio realizó varios milagros y entonces, todos los paganos comenzaron a unirse a la iglesia.
Mientras, los druidas, que eran los sacerdotes de los dioses paganos, pensaron en poner en marcha un plan para que todos sus seguidores volvieran con ellos y dejaran de seguir a San Patricio.
Fue entonces cuando los druidas invocaron a los duendes y mandaron a una gran tropa de ellos a la iglesia de San Patricio para que le hicieran la vida imposible al monje.
Los pequeños duendecillos comenzaron entonces a hacer de las suyas y gastaron bromas y jugarretas a los feligreses que acudían a la iglesia de San Patricio. Tantas pifias les hacían que los cristianos comenzaron a quejarse porque no los dejaban rezar y sufrían un sin fin de desmanes en el templo.
En ese momento San Patricio decidió hacerles frente, sabiendo que era obra de los druidas. Así fue que el monje se enfrentó a ellos con las siguientes palabras: 'En nombre de Dios Todopoderoso yo los expulso, espíritus impuros.'
Estas pocas palabras sirvieron para que San Patricio desterrase a los duendes de la iglesia, y con ellos consiguió que los druidas dejaran de molestar a los nuevos feligreses.
Desde entonces y hasta nuestros días la imagen de San Patricio es utilizada para alejar a los duendes y evitar que sigan haciendo de las suyas.