Petrus es un niño huérfano de 11 años que subsiste gracias al cuidado de los misioneros y a su esperanza de que Dios nunca lo abandonará. Paralelamente a las imágenes hay un audio en el que se recogen los comentarios de un niño que tiene cubiertas con creces todas sus necesidades. Ambos protagonistas tienen una cosa en común: rezan a Dios para dar gracias por lo que tienen.